Una situación que debió atravesar la propia Soledad Silveyra en su infancia, condiciona su mirada sobre la violencia
“Yo puedo criticar a los padres golpeadores, que es otro tema. Es un horror. Terapia de por medio, he podido superar muchas cosas: más allá de los golpes, hay que superar el suicidio de una madre. Pagó con su vida, pobrecita…”. “Fue un episodio muy terrible, muy trágico. Mi hermano se quería ir, ella no quería, disparó, y al final se terminó disparando ella pensando que había matado a su hijo", recordó Solita. "Ya pasaron muchos años, y lo único que quiero es que pueda descansar en paz. Y sé que parte de esa paz, es mi perdón. Tardé quince años en ir a buscar a mi vieja a la Rioja; ella se suicidó allá. Tuvo que morir mi abuela para que yo fuera a buscarla". "¿La vida es color de rosa? Yo el rosa no lo conocí de niña, ni de adolescente, tuve una infancia bastante azarosa, una adolescencia muy dura: tuve que salir a laburar a los doce años", concluyó.
NOTICIA DE ARCHIVO