En el barrio Capilla de Jardín América, vive Juan Peretti, quien padece de epilepsia
En una convulsión que tuvo hace más de cinco meses, se cayó sobre una olla que contenía aceite hirviendo y sufrió graves quemaduras que le contrajeron los tendones. Desde ese momento quedó postrado, ya no puede caminar. Antes del accidente, vendía frutas por el pueblo con su carro, es un hombre conocido y querido por todos en esta ciudad, hoy ya no puede ganarse el sustento y apenas sobrevive. Según comentó, su lesión es operable, pero mientras tanto necesita con urgencia una silla de ruedas y un mejor hábitat, porque la vieja silla que le prestaron está rota, y al tener dificultad para arrastrarla sobre el piso de tierra, se ve obligado a entrar a su precaria vivienda arrastrándose, ya que no dispone de rampas, ni de un baño adecuado. Cabe destacar que ya se realizaron gestiones ante el Ministerio de Salud Pública y la Vicegobernación, quienes prometieron ocuparse del caso. El hombre no recibe ninguna asistencia de la Dirección de Acción Social municipal. No tiene tratamiento kinesiológico, ni ayuda, por lo que está confinado a una silla de ruedas, que además no es apta para el lugar donde vive, y le resulta muy chica para su contextura física. “Estoy esperando que se me sanen las heridas; pero sin que me hagan las curaciones va a tardar mucho. Espero que Dios me escuche porque vivir así es indigno. Como no tengo rampas, me arrastro para entrar a mi casa”, sostuvo Juan.
NOTICIA DE ARCHIVO