El papa Francisco defendió ayer desde Ginebra “la unidad” de los cristianos frente a las “guerras y las divisiones” que afectan a los más débiles del mundo, tras un rezo común junto a protestantes y ortodoxos
El jefe de los 1.300 millones de católicos aceptó una invitación del Consejo Ecuménico de las Iglesias (CEI), que celebra 70 años y representa a unos 500 millones de protestantes y ortodoxos a través de 350 iglesias. “A lo largo de la historia, las divisiones entre cristianos se han producido con frecuencia porque fundamentalmente se introducía una mentalidad mundana en la vida de las comunidades: primero se buscaban los propios intereses”, consideró el sumo pontífice.
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