Como es tradición en Semana Santa, el Cerro Monje de San Javier fue elegido por los peregrinos para testificar su fe.
Entre el Jueves y Viernes Santo, miles de peregrinos de toda la provincia y de países vecinos visitaron la capilla de la Exaltación de la Santa Cruz, el antiguo sitio donde brota agua por lo que es considerado como un signo visible del amor de Dios. Como todos los años, la Iglesia acompañó a los fieles a través de la participación de varios sacerdotes que estuvieron a disposición de quienes deseaban confesarse. En tanto que el obispo de la Diócesis de Oberá, monseñor Santiago Bitar, presidió la tradicional ceremonia de la conmemoración de la Pasión de Cristo (Vía Crucis viviente). “Este grupo maravilloso de niños, jóvenes y adultos nos han brindado de manera tan bella la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, que nos deja sin palabras. Frente a la muerte y resurrección nos queda contemplar y orar, y a ésto los invito”, reflexionó el prelado. Asimismo, sostuvo que “el Cerro Monje es un lugar apto para la oración, donde la gente de fe siente la atracción de sentirse amada por Dios”. Mientras que los integrantes de la comisión organizadora consideraron que “lo más importante es encontrar paz; por eso estamos muy agradecidos de contar con este lugar, que nos ayuda a fortalecer a nuestra espiritualidad”.
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