El músico de las legendarias bandas del heavy metal nacional, Gustavo Rowek, dio muestras de poder musical, fineza y pedagogía en una clínica instructiva y poderosa que se desarrolló el pasado jueves en la delegación municipal del barrio Villa Cabello, de Posadas
De esta manera, luego de siete encuentros, el proyecto de acercar figuras del rock nacional a los barrios se consolida como una experiencia que trasciende géneros musicales y generaciones de asistentes. Durante la clínica, Rowek se brindó completamente ante un nutrido grupo de asistentes que oyeron con avidez, detalles puntuales acerca de temas generales importantes para cualquier baterista, como la postura y técnicas de relajación de brazos y piernas; y otros mucho más técnicos, como esas terribles combinaciones de rulos y mazazos al bombo con doble pedal, o el cómo aprovechar la inercia del golpe anterior para no hacer tanto esfuerzo a la hora de tocar, todo enmarcado en un tema general, la subdivisión rítmica de la figura. Previo al desarrollo de la capacitación, el músico sostuvo: “la música me salvó la vida, literalmente, y me gusta mucho transmitir esa vivencia, encarar esto con el corazón y asumirlo como un propósito de vida”. Asimismo, recordó que le “tocó estar en dos de las principales bandas de heavy metal del país y que han marcado el camino (por V8 y Rata Blanca), y eso lo tomó como una responsabilidad total para seguir haciéndolo más y mejor. Rata Blanca fue el sueño del pibe. 12 años, siete discos, giras por Argentina, Latinoamérica y finalmente Europa. Discos editados en más de 20 países. Discos de Plata, Oro, Platino, Doble Platino, un montón de cosas, pero como todas las cosas, sentí que mi tiempo en Rata se había acabado y decidí seguir el camino por mi lado”, añadió respecto de su alejamiento de la banda.
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