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Los implantes cerebrales ayudan a mejorar las habilidades cognitivas después de sufrir una lesión traumática

Los implantes cerebrales ayudan a mejorar las habilidades cognitivas después de sufrir una lesión traumática
Los implantes cerebrales ayudan a mejorar las habilidades cognitivas después de sufrir una lesión traumática
sábado 16 de diciembre de 2023

Los traumatismos craneoencefálicos han dejado a más de cinco millones de estadounidenses incapacitados de modo permanente. A estas personas les cuesta trabajo concentrarse incluso en tareas sencillas y a menudo tienen que renunciar a su empleo o abandonar la escuela. Un estudio que se publicó días atrás ofrece a estos pacientes un rayito de esperanza. A cinco personas con lesiones cerebrales que van de moderadas a graves se les implantaron electrodos en la cabeza y cuando el cerebro recibió el estímulo de estos dispositivos, su desempeño en las pruebas de capacidad cognitiva mostró una mejoría. De acuerdo con los investigadores, si se obtienen los mismos resultados en ensayos clínicos más grandes, estos implantes podrían convertirse en el primer tratamiento eficaz para atender lesiones cerebrales crónicas. “Es la primera prueba de que podemos lograr un cambio significativo para resolver este problema”, señaló Nicholas Schiff, un neurólogo de Weill Cornell Medicine en Nueva York quien dirigió el estudio. Gina Arata, una de las voluntarias que recibió el implante, tenía 22 años cuando un accidente automovilístico la dejó con secuelas de agotamiento, problemas de memoria y emociones difíciles de controlar. Tuvo que abandonar sus planes de estudiar derecho y vivía con sus padres en Modesto, California, sin poder conservar ningún empleo. Arata recibió el implante en 2018, dieciocho años después del accidente, y su vida ha cambiado muchísimo. “Puedo ser una persona normal y mantener una conversación. Es asombrosa la mejora que he visto en mí”, afirmó. Schiff y sus colegas diseñaron su ensayo basados en investigaciones de muchos años concernientes a la estructura del cerebro. Esos estudios revelaban que nuestra capacidad de concentrarnos en algunas tareas depende de una red que hay en las diferentes regiones del cerebro, las cuales están conectadas entre sí mediante ramas muy largas de neuronas. Estas regiones se mandan señales entre sí y crean un circuito de retroalimentación que mantiene activa toda la red. La hipótesis de Schiff y sus colegas era que los rebotes repentinos del cerebro -por ejemplo, en un accidente automovilístico o en una caída- pueden romper algunas de las conexiones de larga distancia de la red y hacer que la persona caiga en coma. Durante su recuperación, es posible que la red se vuelva a encender, pero si el cerebro está muy dañado tal vez no se reactive por completo. Schiff y sus colegas identificaron como núcleo fundamental de la red una estructura que hay en el fondo del cerebro. Conocido como el núcleo central lateral, es una delgada lámina de neuronas del tamaño y la forma de una almendra. El cerebro humano cuenta con dos de estas estructuras, una en cada hemisferio, las cuales, al parecer, ayudan a que el cerebro se tranquilice en la noche para que podamos dormir y lo aceleran en la mañana. La investigación de Schiff ha demostrado que si estimulamos las neuronas que hay en estas regiones podemos despertar “a una rata que esté dormida”. Estos estudios plantearon la posibilidad de que la estimulación de los núcleos laterales ayude a que las personas con traumatismos craneoencefálicos recuperen su capacidad de concentración y atención. Con frecuencia, los cirujanos les implantan electrodos a los pacientes que tienen la enfermedad de Parkinson. Los pequeños pulsos eléctricos que liberan cientos de veces por segundo les dan instrucciones a las neuronas cercanas para que activen sus propias señales, lo cual restaura algunas de las funciones cerebrales.

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